miércoles, 11 de agosto de 2010

Standby

Las subidas y bajadas de finos alambres carnosos por las cuerdas de ese mástil a velocidad musical alarmante me hacen despertar y darme cuenta de lo que me rodea en este momento: cigarrillos inacabados terminándose de fundir en quizá labios de su antiguo reflejo, cristalinos recipientes contienen Jack Daniels caducado por la larga lista de momentos agrios de mi vida, y discos... cientos de discos de 33' en los que me sumergo para huir de la realidad; pero quizá ya no sirva la excusa de la juventud, ni de la ignorancia... quizá sea hora de apretar los puños y aguantar la oleada de golpes que llevan acechándome durante años y de los cuales he huído desde mi alumbramiento.
[...] suena tras de mí el amargo retumbar de la puerta cerrada mientras deslizo mis pies cubiertos con una suave piel de cuero por los escalones... Apolo me saluda con un guiño de esperanza mientras que dirijo mis perdidas pisadas hacia un horizonte más perdido si cabe. El césped del parque junto a mi casa está húmedo y pequeños restos de rocío se deslizan lentamente por las claras flores armonizando el ensordecedor sonido del duro trabajo de las abejas... Todo alrededor de mi es tan sumamente grande que a veces desearía ser un mosquito, sólo vivir, caer rendido al placer y morir... pero parece que la complejidad humana me engancha, cada día más, hasta una esquinada realidad.
Los escalones resbalan y se encuentran en un estado intermedio entre la congelación y la vida, parece que el frío existente en mi interior se ha expandido y ha rozado con sus suaves manos el exterior... La brisa que levanta levemente la cortina zarandea mi pelo tapándome lentamente la vista para dejarme ciego ante esos conciertos interminables e infinitos que son los sueños. Ójala consiga alguna vez encontrar el "Standby" de mi amplificador...

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Resquicio de nuestros gritos.