Se despierta y se atusa para engrandecer su imagen y así resaltar en en ese cubículo lleno de animales; pero al llegar a él se siente vacía, nada la hace sentir diferente, nada... Durante la espera aparece un chico de pelo largo que se acerca a ella y se burla, se ríe, dándola la poca felicidad que le queda en su interior... De repente se da cuenta que ese chico ayer no la felicitó, ni siquiera le había dirigido la palabra en toda la mañana y entonces se enfada con ella misma y con él por lo ocurrido...
[...] el "ringgg" del final de mañana suena y ella se acerca lentamente al chico de la melena, traga saliba y le dice: «Ayer fue mi cumpleaños ¿sabes?». Él sin apartar la mirada de su desordenada mochila la dice: «Lo sé.» «¿Y por qué no me felicitaste?» responde ella en tono de enfado; «Quizá por que ayer perdiste tu encanto y no te ví como la persona que eres en realidad...» «¿Qué quieres decir con eso?»; «Sólo quiero decir que dispongo de otros trescientos sesenta y cuatro días para disfrutar de tí y de tu forma de ser...» Lentamente el chico se encamina a la puerta y cuando va a cruzar la esquina dice: «¿Te ha engordado el culo o soy yo?» acompañado de un guiño y una pequeña carcajada. Ella se mira, sonríe y dice para sí: «Pues a mi me gusta».
"La dificultad de encontrar lo bueno es lo que lo hace más placentero" |
Me gusta muchísimo fernando. Además,tienes toda la razón.
ResponderEliminar"sólo el grito y la ficción
consiguen apagar
las luces de mi negra alerta.
:)