viernes, 11 de febrero de 2011

Cuando te das cuenta de lo poco que agradeces lo que gente ha defendido hasta la muerte.

Con bandas rojas, verdes y amarillas aireando al viento pasea en los sueños verdes de las cenizas corporeas del campo de batalla; el rifle le pesa, le pesan los ojos cargados de rojezas, le pesa el corazón... Los disparos danzan en el ambiente y describen graciosas figuras que acompañan paso a paso al solitario soldado, figuras que le susurran ese horrible destino que todos los que se encuentran en ese árido páramo buscan encontrar.

Gritos de revolución, de odio, de pasión, de amor, de soledad... de nada. La humanidad se apaga lentamente, los cuerpos se secan al insistente sol y el brillo de las armas se oscurece ante la pena, ante el lloro, ante la no-libertad...

[...] las cámaras se han apagado y los micrófonos han enmudecido; sólo queda un pequeño grupo que charla, iluminados por unas cuantas pantallas, sobre la guerra y la libertad: esos dos conceptos que nunca tendrán que sentir, ni defender; ni siquiera nombrar.

Fighting for surviving...

1 comentario:

  1. Con diferencia,esta es una de tus entradas que más me gusta. Especialmente, me gusta, el foco que parece iluminar al pequeño grupo situado en una oscuridad que me resulta penetrante

    y muy próxima.

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Resquicio de nuestros gritos.