Cualquier momento es ideal para sentarse a su lado y disfrutar de su envolvente voz, esa voz que te promete millones y millones de segundos de compañía que llevan tras de sí horas y horas de dolor, sufrimiento e inquietud; es tan sumamente manipulador que me termina convenciendo para venderle mi amado tiempo y rendirme ante su personalidad austera...
Las horas han pasado y poco a poco se han ido agolpando hasta llegar a un cúmulo de vida, un cúmulo lleno de sentimientos inapropiados, sentimientos horribles, sentimientos que, ahora mismo, no me habría gustado conocer nunca. Mi vida es un caos incompleto y el único sentimiento que falta por rellenarla es el que ella nunca me dará, el sentimiento que muchos mienten diciendo conocer y el cuál va de la mano del protagonista de este escrito: el amor.
"No debemos ser enemigos".
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Resquicio de nuestros gritos.