viernes, 31 de diciembre de 2010

El mes que empieza siempre será mi favorito: Enera.

Supongo que sabía que este día llegaría, el día de echar atrás la mirada y ver mi vida resumida en pequeñas acciones sin sentido y por fin o por desgracia está aquí. Hoy es treinta y uno de Diciembre, otra vez, llevo diecisiete años viviendo este día y nunca me había sentido como ahora me siento: nervioso. Estoy nervioso porque no se lo que me deparará este nuevo año, estoy nervioso porque pienso que todo puede ser diferente a este año que se va y no quiero que lo sea; quiero que sea igual, quiero repetir cada jodido minuto de este año porque pienso que no lo he disfrutado como merecía...

Siempre quise ser quien no soy, siempre quise ser ese chico rebelde alejado de las normas, pasivo ante cualquier acto y sobretodo, solitario... pero parece que el destino nunca tuvo ese futuro para mí; más bien me he convertido en ese chico frío, melancólico y solitario que nunca pensé que pudiese llegar a ser. No sé como pero lo he hecho, soy yo; nunca más tendré que finjir ser alguien que no soy, nunca tendré que inventar para caer bien, nunca más.

Muchas personas han pasado por mi vida en estos trescientos sesenta y cinco días pero sólo dos son dignas de ser mencionadas. Ellas ya saben quién son asi que no hace falta que repita sus dulces nombres una vez más; sólo hay palabras de agradecimiento y amor hacia ellas, ellas que convirtieron mi vida en algo importante, ellas que fueron en los momentos más difíciles el hombro donde llorar y la luz que iluminaba mi oscuridad, solamente ellas.

Supongo que por muchos años que pasen siempre sentiré lo que siento ahora mismo, siempre será por ella, siempre lo mismo, siempre esa cara que me alegra todos los días, siempre ella, nadie más.

Nunca lo fuí.

1 comentario:

Resquicio de nuestros gritos.