domingo, 6 de febrero de 2011

La República de mi habitación.

El viento del pueblo me acurruca cada noche, me mece en la cuna de sentimientos que abordan la vida que llevo junto a ella. Entra lentamente, susurrando dulces palabras, por la ventana y desnuda poco a poco cada centímetro de mi cuerpo hasta que mi desnudez cubre el completo del edredón... Las luces de la calle ululan por el techo y dibujan sonrientes y felices caras por la arrugada superficie lunar; el sonido incansante del televisor me transporta a un mundo inevitablemente horroroso... Sólo la música y los libros son capaces de alejarme de esa imperfecta realidad, sólo tú y tu jodida manera de sacarle el punto bonito a todo.


Elegía.

1 comentario:

Resquicio de nuestros gritos.