jueves, 16 de septiembre de 2010

Rage Against The Machine.

Los sonidos de choque entre metálicas piezas que ahora mismo pulso me hacen darme cuenta de lo mucho que ha cambiado todo... Estas teclas unen mis sentimientos con una máquina, un amor metálico frío y desesperante que apaga la poca humanidad que nos queda dentro... El esperar un milagro de naturaleza que acabe con la tecnología es imposible pero quizá, solamente por unos momentos, podamos darnos cuenta de lo que dejamos atrás y, con mirada furtiva y horizontal, lo agarremos y deseemos nunca haberlo dejado escapar.
¿Acaso nadie recuerda los cables rodeando los cuerpos de los guitarristas de los 60's cuales serpientes?... ¿o el balón en los pies de esos niños no tan lejanos a los que ahora llamamos padres?
Yo no lo he olvidado y espero nunca hacerlo porque es lo que en esta puta y corrupta sociedad hace que me sienta con ganas de vivir, lo que hace darme cuenta que quizá habrá algo mejor al otro lado. Y sobretodo... de que alguién más pensará como yo.

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Resquicio de nuestros gritos.